La obesidad es una verdadera epidemia a nivel mundial y quienes la sufren saben que bajar de peso no es tan sencillo como dicen, pues muchas veces reducir calorías y hacer ejercicios no es suficiente.
Científicos buscan maneras de hacer más efectiva la perdida de peso y un grupo de investigadores del Massachusetts General Hospital, de Estados Unidos, cree que la respuesta estaría en consumir píldoras con heces humanas en su interior.
¿Bajar de peso consumiendo... materia fecal?
La idea suena bastante asquerosa: tomar píldoras para adelgazar que en su interior poseen excrementos secos (y aún peor, de otra persona), pero científicos norteamericanos creen que podría ser la respuesta para ayudar a perder peso.
Expertos del Massachusetts General Hospital están llevando a cabo una investigación bastante particular, ya que desean saber si que los microbios presentes en las heces de personas sanas y de peso normal pueden activar el sistema digestivo de aquellos con obesidad ayudándoles a mejorar su metabolismo.
No sería la primera vez que el uso de las heces de una persona ayuda a mejorar la salud de otra en tanto cada vez son más normales los trasplantes de heces para curar enfermedades intestinales, aunque es la primera vez que se quiere ver su potencial como ayuda para perder peso.
La investigación y sus avances
Este estudio, que recién está en sus primeras etapas, por ahora solo se basa en una hipótesis y un par de experiencias acerca de cómo las bacterias «buenas» eliminan infecciones que pueden provocar problemas metabólicos.
Los investigadores van a trabajar con 21 voluntarios que sufren de algún nivel de obesidad y que diariamente van a tomar una píldora en base a caca humana, la cual provendrá de personas sanas y peso normal, siendo procesada antes de utilizarla.
Las heces de los donantes, que antes serán examinados para comprobar que están 100 % saludables, serán congeladas y deshidratadas para luego introducirla dentro de píldoras recubiertas que evitarán que el ácido del estómago pueda corromper sus componentes. Las píldoras no tienen olor ni sabor así que los participantes no sentirán que, literalmente, están consumiendo caca.
En la primera etapa los participantes van a tomar las píldoras por seis semanas manteniendo su rutina de dieta y vida normal mientras los científicos realizan controles a los tres, seis y 12 meses para ver no solo si bajaron de peso sino que también cómo se modificó la fauna de bacterias y microbios de sus estómagos e intestinos.
El experimento que comenzaría a fines de este mes de enero quiere buscar formas naturales de contribuir a la baja de peso y que no incluyan medidas invasivas como la cirugía aunque creo que muchos preferirían enfrentarse a un cuchillo antes de consumir la caca de otra persona.
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